15 feb 2014

en la satrería más ilustre


                              

                              


En una estrecha y soleada calle de la ciudad herculina se encuentra la sastrería Botana, que fue durante muchos años la más ilustre de A Coruña, resistiendo con buen hacer la invasión de la producción industrial.
Allí tenemos el honor de que nos reciba Pepe, el gran sastre y sobrino del fundador, sastre también.

                              
             
Fundada en 1948 y cerrada paulatinamente hace unos años, Pepe continúa yendo a la sastrería todos los días laborables del año, aunque ya sólo cose trajes y abrigos a medida para él, y algún amigo.

                               

                                   

                               

                               

                               


Suspendida en el tiempo a la vez que vital, todos los rincones de la sastrería conservan la elegancia y esencia de cada momento del oficio, en los cientos de patrones con nombre y apellido del cliente, en las muestras, recortes, rollos de telas, muestrarios de tejidos de primera calidad, muestrarios de traje de ceremonia, hilos, botones, afiladores de tizas, reglas, máquinas de coser, planchas y tijeras de diferentes usos, tamaños y épocas, en la sala probador, los espejos, los cuadros, el perchero paragüero de la entrada, el olor, la luz, la radio, las cintas métricas colgadas de los picaportes, en el paso seguro y preciso de Pepe, que con toda generosidad nos muestra cada rincón, y nos habla de otros tiempos, de cuando alli trabajaban hasta 12 personas, de dónde se sentaban las costureras pantaloneras, nos muestra los rollos de lana, de paño, de tergal de Sabadell, nos enseña cómo hace la costura invisible de la solapa de los abrigos y nos mira, y nos cuida y nos mima.

Y antes de ir a comer me regala varias cajas de botones, tela blanca de algodón, de cuando hacían pantalones a los marines....y algo más, increiblemente maravilloso, que pronto iremos a buscar...y en breve os contaré, cuando me reponga de la emoción, recupere el aliento y pueda balbucear algunas palabras para dar las gracias.
                     

                                   

                                    

2 comentarios:

  1. Que sorte!!! É unha mágoa que tendas deste calibre teñan que pechar...

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