20 jun 2015

despedida








Adiós primavera. Váste e deixasnos moitos cambios na casa, flores no xardín, unha horta, moitas visitas de amigos, e moito amor na familia de tres que agora somos. Querémoste. E queremos que sepas que o ano que ven, cando volvas, estaremos esperándote cos brazos moi abertos e os sentidos moi espertos para acollerte de novo.
      *******
Adiós primavera. Te vas y nos dejas muchos cambios en la casa, flores en el jardín, una huerta, muchas visitas de amigos, y mucho amor en la familia de tres que ahora somos. Te queremos. Y queremos que sepas que el año que viene, cuando vuelvas, estaremos esperándote con los brazos muy abiertos y los sentidos muy despiertos para acogerte de nuevo.









7 jun 2015

a figueira






O ulido da folla da figueira é un ulido que está moi presente na miña memoria de nena da aldea que se enganchaba das follas que ás veces rompían para doblar un pouquiño as pólas e chegar ós figos maduros, para meu pai, que estaba enfermo e era o seu doce preferido.
Os paxaros comían os mellores figos, os do alto da árbore, pero sempre quedaban algúns na parte de abaixo, que eu collía e lavaba e poñía nunha fonte de porcelana blanca. Para el.
Xa fai moito tempo deso. E agora que volvo vivir nunha aldea, gústame pensar que a figueira e o nogal que plantamos unha tarde de fai varias semanas sempre terán a mesma idade que a nosa nena, que miraba cos seus pequenos ollos grandes moi abertos, cómo cavaba o seu pai, mentres eu lle explicaba e lle daba a ulir a folla da figueira, e facía fotos con ela no colo dese momento que me parecía tan especial.
       *******
El olor de la hoja de la higuera es un olor que está muy presente en mi memoria de niña de aldea que se enganchaba de las hojas que a veces rompían para doblar un poquito las ramas y llegar a los higos maduros, para mi padre, que estaba enfermo y era su dulce preferido.
Los pájaros se comían los mejores higos, los de la cima del árbol, pero siempre quedaban algunos en la parte de abajo, que yo cogía y lavaba y ponía en una fuente de porcelana blanca. Para él.
Hace ya muchos años de eso. Pero ahora que vuelvo a vivir en una aldea, me gusta pensar que la higuera y el nogal que plantamos una tarde de hace varias semanas siempre tendrán la misma edad que nuestra niña, que miraba con sus pequeños ojos grandes muy abiertos, cómo cavaba su padre, mientras yo le explicaba y le daba a oler la hoja de la higuera, y hacía fotos con ella en el regazo de ese momento que me parecía tan especial.