Ghislaine

                        

   

                        

Esta mañana sonó el timbre. 

Era el cartero que nos entregaba una carta en mano, un lindo paquetito que llegaba desde Poitiers, con remite cariñoso de la amiga Ghislaine.

Ghislaine es una persona increible, de carácter fuerte y sereno, sonrisa amplia y ruidosa. Con paso firme y decidido, se pinta los labios de rojo, se viste de colores y va por el camino de la vida con los hombros enfilados en dirección a la libertad. 

Amante asidua de los mercados de pulgas, de las mercerías y todo tipo de tiendas a punto de cerrar por jubilación, de las puntillas de algodón que rematan los manteles impolutos de las iglesias casi abandonadas, de las flores de porcelana de los cementerios franceses, de los bordados a mano, de los desayunos largos en chez Nicolas, de los tejidos antiguos, de los botones de nácar y y de todo aquello que fue pero ya no es novedad. 

En su tiempo libre cose auténticas maravillas para sus amigos y para la niña Loiuse. Ella es, sin duda, la gran maestra del reciclaje y de las ideas para darle nueva vida a telas, botones y puntillas que yacen olvidadas en algún cajón, fondo de armario, o tienda a punto de desaparecer.

Muchas gracias Ghislaine por tu cariño simpre cálido, y por tan lindos paquetes de tesoritos que no puedo dejar de mirar.