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Antes de dar a luz hace casi tres meses, yo ya intuía que coser en esta primavera iba a ser complicado. Los cuidados y atenciones de la niña absorven prácticamente todo el tiempo. Cuando de día ella se abandona al sueño, nunca sé si va a ser para cinco minutos o para dos horas, y aunque es increíble la de tareas que puedes llegar a hacer cuando ella duerme, de momento me resulta imposible combinar las dos cosas. Yo esto ya lo intuía, por eso intento no preocuparme demasiado por no tener tiempo de coser todas las nuevas cosas que se me pasan por la cabeza, y mientras, disfruto de cada día como si de vacaciones estuviese.
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